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| Connecticut enfrenta aumento de casos de crueldad animal mientras defensores legales exigen mayores protecciones. Foto: Stock |
A medida que los casos de crueldad animal continúan en aumento en Connecticut, abogados y organizaciones comunitarias están alzando la voz sobre lo que consideran un patrón alarmante, uno que no solo afecta a los animales, sino que también representa una amenaza más amplia para la seguridad pública.
Una de esas voces es la de Joyce Glass, abogada que ha trabajado durante casi una década como defensora legal en los tribunales bajo la Ley Desmond. En un seminario web reciente organizado por Connecticut Votes for Animals, Glass explicó la complejidad emocional y jurídica de procesar casos de crueldad animal, y el costo humano de no hacerlo.
“La crueldad animal no ocurre en el vacío,” dijo Glass. “Siempre hay una conexión humana, un niño, una pareja, un vecino. No son hechos aislados.”
El rol de Glass es único: es designada por el tribunal para actuar “en interés de la justicia” en casos que involucran gatos y perros. Sus funciones van mucho más allá de las apariciones en tribunales. Incluyen reunir pruebas forenses, entrevistar testigos, analizar expedientes veterinarios y construir una línea de tiempo de abuso, tanto antes como después del incidente.
En uno de los casos, un husky siberiano llamado Axel fue encontrado cojeando, con fracturas en su pierna en distintas etapas de curación. Tras el testimonio de un vecino y la entrega de un video que mostraba al perro siendo golpeado y amordazado con cinta adhesiva, Glass ayudó a construir un expediente que evidenciaba un historial de maltrato. A pesar de la evidencia, el acusado recibió un programa de rehabilitación acelerada, una forma de desvío del juicio, y se le prohibió tener animales solo por un tiempo limitado.
“Demasiadas veces, los resultados judiciales no reflejan la gravedad del abuso,” dijo Glass, señalando que los niños del hogar de Axel presenciaron la violencia. “Sabemos que lo que un niño observa en el trato hacia los animales influye en cómo tratará a las personas en el futuro.”
Los defensores aseguran que el vínculo entre la crueldad animal y otras conductas criminales no es una hipótesis. En el caso de Philip Lin, lo que comenzó como dos cargos por maltrato animal reveló un historial aún más perturbador. Luego de que dos trabajadoras sociales denunciaran por separado que Lin había matado a dos perros, uno ahogado y otro al que le rompió el cuello con una correa, Glass descubrió que Lin tenía un caso pendiente en Vermont por conducta sexual inapropiada con una menor y agresión a una mujer anciana.
Una de esas voces es la de Joyce Glass, abogada que ha trabajado durante casi una década como defensora legal en los tribunales bajo la Ley Desmond. En un seminario web reciente organizado por Connecticut Votes for Animals, Glass explicó la complejidad emocional y jurídica de procesar casos de crueldad animal, y el costo humano de no hacerlo.
“La crueldad animal no ocurre en el vacío,” dijo Glass. “Siempre hay una conexión humana, un niño, una pareja, un vecino. No son hechos aislados.”
El rol de Glass es único: es designada por el tribunal para actuar “en interés de la justicia” en casos que involucran gatos y perros. Sus funciones van mucho más allá de las apariciones en tribunales. Incluyen reunir pruebas forenses, entrevistar testigos, analizar expedientes veterinarios y construir una línea de tiempo de abuso, tanto antes como después del incidente.
En uno de los casos, un husky siberiano llamado Axel fue encontrado cojeando, con fracturas en su pierna en distintas etapas de curación. Tras el testimonio de un vecino y la entrega de un video que mostraba al perro siendo golpeado y amordazado con cinta adhesiva, Glass ayudó a construir un expediente que evidenciaba un historial de maltrato. A pesar de la evidencia, el acusado recibió un programa de rehabilitación acelerada, una forma de desvío del juicio, y se le prohibió tener animales solo por un tiempo limitado.
“Demasiadas veces, los resultados judiciales no reflejan la gravedad del abuso,” dijo Glass, señalando que los niños del hogar de Axel presenciaron la violencia. “Sabemos que lo que un niño observa en el trato hacia los animales influye en cómo tratará a las personas en el futuro.”
Los defensores aseguran que el vínculo entre la crueldad animal y otras conductas criminales no es una hipótesis. En el caso de Philip Lin, lo que comenzó como dos cargos por maltrato animal reveló un historial aún más perturbador. Luego de que dos trabajadoras sociales denunciaran por separado que Lin había matado a dos perros, uno ahogado y otro al que le rompió el cuello con una correa, Glass descubrió que Lin tenía un caso pendiente en Vermont por conducta sexual inapropiada con una menor y agresión a una mujer anciana.
Cuando las autoridades de Vermont se enteraron de los cargos por crueldad animal en Connecticut, anularon un acuerdo de culpabilidad previamente negociado. Lin fue sentenciado a prisión en Connecticut y se espera que sea extraditado.
Glass subrayó que el caso ejemplifica cómo los abusadores a menudo se enfocan en los más vulnerables, no solo animales, sino también niños, ancianos y parejas domésticas.
Uno de los vacíos más evidentes de la Ley Desmond es que solo se aplica a gatos y perros. Según datos recopilados por Desmond’s Army, una organización sin fines de lucro que monitorea casos de crueldad en el estado, el 40% de las víctimas de maltrato animal en Connecticut pertenecen a otras especies, como caballos, aves, reptiles y ganado.
Glass ha sido rechazada como defensora en casos que involucran estos animales, a pesar de patrones de abuso similares.
“Los maltratadores no solo dañan a perros y gatos,” señaló. “Necesitamos una legislación que refleje esa realidad.”
Zilla Canamella, cofundadora y presidenta de Desmond’s Army Animal Law Advocates, ofreció un panorama claro de la crueldad sobre el terreno: desde perros esqueléticos abandonados en los bosques, hasta mascotas con las uñas tan crecidas que se incrustan en sus patas, pasando por casos de acaparamiento con decenas de animales viviendo en condiciones deplorables.
“Nuestro sistema con demasiada frecuencia les da segundas oportunidades a los abusadores,” dijo Canamella, destacando que los programas de desvío, diseñados para infractores de bajo riesgo, se otorgan habitualmente a acaparadores y maltratadores. “Estas personas casi siempre reinciden.”
Desmond’s Army también ha implementado nuevos programas de apoyo para víctimas de violencia doméstica, incluyendo el pago del primer mes de pensión para mascotas, para que las víctimas no retrasen su salida por miedo a abandonar a sus animales.
En una medida complementaria para fortalecer las leyes de bienestar animal a nivel nacional, el senador Richard Blumenthal presentó este lunes la Ley Goldie, una propuesta federal que busca reformar la supervisión que ejerce el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) sobre criaderos de perros con licencia federal.
Nombrada en honor a una golden retriever que murió tras sufrir negligencia en un criadero autorizado en Iowa, Goldie’s Act obligaría al USDA a realizar inspecciones más frecuentes y rigurosas, documentar todas las violaciones, colaborar estrechamente con las autoridades y aplicar sanciones más severas a los infractores. El proyecto también exige ayuda inmediata para animales en condiciones de sufrimiento y busca cerrar vacíos legales que han permitido que la negligencia continúe impune.
A pesar de estos avances, tanto Glass como Canamella coinciden en que Connecticut aún tiene trabajo por hacer. Ambas defensoras legales están impulsando reformas clave, entre ellas:
- Ampliar la Ley Desmond para incluir a todas las especies animales
- Endurecer las penas para reincidentes
- Eliminar el límite de cinco años en la prohibición de tenencia de animales
- Aumentar el financiamiento para pruebas forenses y atención veterinaria en investigaciones
“Cuando la crueldad animal se procesa con seriedad, nuestras comunidades son más seguras,” afirmó Glass. “Si ignoramos estas señales de advertencia, estamos permitiendo que la crueldad, y la violencia que a menudo la sigue, continúe sin control.”
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