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Líderes estatales y la organización de banco de alimentos, Foodshare anúncian fondos para incrementar la ayuda alimentaria de CT. Foto: CT Network. |
9 millones de dólares se destinarán en Connecticut durante los próximos dos años fiscales para reforzar la asistencia alimentaria, en respuesta a un notable aumento en la inseguridad de alimentos, anunciaron este martes autoridades estatales y líderes comunitarios.
El anuncio se realizó en las instalaciones de Connecticut Foodshare, el principal banco de alimentos del estado, que distribuye aproximadamente 45 millones de comidas al año a través de más de 600 despensas comunitarias.
Los fondos fortalecerán el Programa de Asistencia Nutricional de Connecticut (CT-NAP), que ha estado financiado con apenas $850,000 dólares anuales durante casi dos décadas. Con los nuevos fondos, Foodshare recibirá $3 millones de dólares en el año fiscal 2026, y $6 millones de dólares en el 2027, destinados exclusivamente a la compra de alimentos para despensas locales.
“El hambre está presente en los 169 municipios del estado”, afirmó Jason Jakubowski, presidente y director ejecutivo de Connecticut Foodshare. “Esta inversión reconoce que la alimentación no es un lujo, es un derecho humano básico”.
CT-NAP stands for the Connecticut Nutrition Assistance Program. It was created about 20 years ago under Republican Governor Jodi Rell, with support from a Democratic legislature, as a way to provide food to 600 community agencies across the state.
El apoyo de fondos se da en un contexto en el que más de 515 mil residentes en Connecticut enfrentan inseguridad alimentaria, lo que representa un incremento del 40% desde el 2020, según datos provehidos por Foodshare durante la conferencia.
El gobernador Ned Lamont, presente en el evento, explicó que el estado está intentando cubrir el vacío dejado por la reducción de los programas federales implementados durante la pandemia.
“Antes recibíamos camiones llenos de alimentos desde Washington cada semana. Eso ya no pasa”, dijo Lamont. “La gente tiene hambre ahora, y no vamos a esperar a que Washington reaccione”.
Una parte de los fondos del CT-NAP, el 15% (aproximadamente $450 mil dólares), se destinará a la compra de alimentos a agricultores locales, como medida para compensar el fin del programa federal LFPA, que permitía a los bancos de alimentos adquirir productos directamente de granjas estatales.
El comisionado de Agricultura, Bryan Hurlburt, celebró la medida y destacó su impacto económico. “Estos fondos no solo ayudan a las familias, también fortalecen la economía agrícola de Connecticut,' dijo Hurlburt.
Además, se resaltó el crecimiento del Programa de Nutrición de Mercados Agrícolas, que ofrece tarjetas de débito a personas mayores y beneficiarios de WIC para la compra de productos frescos en mercados locales. En el 2024, el programa superó por primera vez el millón de dólares en transacciones.
Por su parte, la comisionada de Servicios Sociales, Andrea Barton Reeves, subrayó que el impacto de la asistencia alimentaria va más allá de las mesas familiares.
“Por cada dólar invertido en beneficios de alimentos, se generan 1,50 dólares en actividad económica”, señaló. “Estas inversiones no solo alimentan personas, sostienen comunidades”.
La ampliación del CT-NAP fue posible gracias a un acuerdo bipartidista en la legislatura estatal. La representante Eleni Kavros DeGraw (D-Avon) destacó la importancia del compromiso estatal frente a una necesidad creciente.
“La caridad no basta. El Estado debe garantizar que nadie pase hambre en Connecticut”, expresó.
Con el inicio del Mes de Acción contra el Hambre, las autoridades señalaron que el esfuerzo debe continuar, especialmente ante la incertidumbre sobre futuros recortes federales.
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