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Cromwell, CT.- Bajo la luz dorada del atardecer y una cálida brisa de junio, la promoción 2025 de Cromwell High School se reunió con amigos, familiares y docentes para celebrar un hito que llevaba años gestándose. Fue una noche llena de aplausos, lágrimas de alegría y reflexiones sobre todo lo que han logrado.
El director Andrew Kuckel dio la bienvenida al público con orgullo y sinceridad. “Como director de secundaria, he tenido el privilegio de presenciar muchas ceremonias de graduación,” dijo. “Pero pocas han dejado una impresión tan profunda como este extraordinario grupo de estudiantes que tengo frente a mí esta noche.”
Esta clase ingresó a la escuela secundaria en uno de los momentos más inciertos de los últimos tiempos: el punto más crítico de la pandemia de COVID-19. Su primer año estuvo marcado por el aislamiento, la educación virtual y el impacto emocional de un mundo puesto de cabeza. Se perdieron momentos importantes, enfrentaron desafíos de salud mental y tuvieron que aprender a conectarse, crecer y salir adelante en circunstancias extraordinarias.
Cuatro años después, cruzaron el escenario no solo como graduados, sino como una generación formada en la resiliencia, la empatía y una comprensión más profunda del mundo que los rodea.
La consejera escolar Alicia Melillo, reconocida como Maestra del Año 2025 de Cromwell High School, ofreció palabras de aliento a los graduados. “Ustedes se ganaron este diploma porque estuvieron presentes. Y no me refiero solo a esta noche, ustedes han estado presentes. Lo han estado haciendo desde hace mucho tiempo.”
La superintendente, la Dra. Enza Macri, recordó a los estudiantes que ya han enfrentado desafíos del “mundo real”: adaptación, resiliencia y muchas noches de estudio. “Hoy se trata de reconocer el increíble crecimiento, fortaleza y grandeza que ya han demostrado,” señaló.
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Los estudiantes desfilan con orgullo después de recibir su diploma, celebrando el logro de años de esfuerzo y dedicación. Foto, Boceto Media. |
La ceremonia también destacó las voces estudiantiles. El salutatorian Alexander Abdrighani bromeó al citar a Mike Tyson. “Todo el mundo tiene un plan hasta que recibe un puñetazo en la cara,” subrayando la imprevisibilidad de la vida. “Es casi inevitable que recibas un golpe en algún momento,” añadió, “pero el público que te rodea siempre está ahí para animarte a seguir adelante.”
El valedictorian Sharan Manick habló con emoción y claridad, invitando a sus compañeros a valorar incluso los momentos más sencillos. “Estos recuerdos… han formado a la persona que eres hoy, en la que te has convertido y en la que seguirás convirtiéndote,” dijo.
Pero mientras la alegría resonaba en Cromwell, no todos los graduados de Connecticut pudieron cruzar el escenario.
Kevin, un estudiante de 16 años con honores de la Francis T. Maloney High School en Meriden, fue detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) apenas una semana antes de su graduación. Fue arrestado durante una cita rutinaria de inmigración junto a su padre, y ambos fueron trasladados a un centro de detención familiar en Texas.
Para la familia de Kevin, el día de graduación debía ser una celebración de esfuerzo y esperanza. En cambio, se convirtió en un recordatorio doloroso de su ausencia. En un mensaje compartido en una campaña de GoFundMe, un familiar escribió: “Este día era tan especial para él, pero ICE se lo llevó. Lo único que queda de todo su esfuerzo son las ropas de graduación que aún están en su habitación. Nuestra familia tiene fe en que todo va a estar bien, en que Kevin y su papá volverán pronto a casa.”
En un acto poderoso de solidaridad, sus compañeros organizaron una caminata al día siguiente para honrar su ausencia, un gesto cargado de compasión, unidad y esperanza.
Kevin, un estudiante de 16 años con honores de la Francis T. Maloney High School en Meriden, fue detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) apenas una semana antes de su graduación. Fue arrestado durante una cita rutinaria de inmigración junto a su padre, y ambos fueron trasladados a un centro de detención familiar en Texas.
Para la familia de Kevin, el día de graduación debía ser una celebración de esfuerzo y esperanza. En cambio, se convirtió en un recordatorio doloroso de su ausencia. En un mensaje compartido en una campaña de GoFundMe, un familiar escribió: “Este día era tan especial para él, pero ICE se lo llevó. Lo único que queda de todo su esfuerzo son las ropas de graduación que aún están en su habitación. Nuestra familia tiene fe en que todo va a estar bien, en que Kevin y su papá volverán pronto a casa.”
En un acto poderoso de solidaridad, sus compañeros organizaron una caminata al día siguiente para honrar su ausencia, un gesto cargado de compasión, unidad y esperanza.
El alcalde de Meriden, Kevin Scarpati, expresó el compromiso de la ciudad para apoyar a Kevin y a su familia en este momento difícil. “Los funcionarios de la ciudad han contactado a la delegación estatal, líderes del Congreso y la Oficina del Gobernador, y están trabajando activamente con defensores de inmigración y líderes religiosos para brindar apoyo legal y emocional a la familia,” dijo Scarpati.
El superintendente de las escuelas públicas de Meriden, Mark Benigni, abordó las preocupaciones sobre las graduaciones y la importancia del respaldo comunitario, “Si bien no puedo compartir detalles sobre casos específicos, puedo asegurarles que los estudiantes que cumplen con todos los requisitos de graduación de las Escuelas Públicas de Meriden recibirán su diploma de parte de la Junta de Educación de Meriden.”
De regreso en Cromwell
La ceremonia de graduación se enfocó en celebrar la perseverancia y el potencial de sus estudiantes. El director Kuckel cerró la noche reflexionando sobre el crecimiento notable de la clase: “En lugar de tratarlos como simples adolescentes,” dijo, “les ofrecimos oportunidades sin precedentes. Y ellos estuvieron a la altura.”
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Cuando los graduados de Cromwell giraron sus borlas y miraron hacia el futuro, algunos rumbo a la universidad, otros a carreras u otras metas, se llevaron no solo un diploma, sino también el legado de una generación que estuvo presente para los suyos, y para quienes más lo necesitaban en su comunidad.